Chocolat, el primer payaso negro en la historia
Opinión lunes 14, Ene 2019De la carpa a las letras
Arturo Arellano
Rafael era su nombre real, el hombre detrás del personaje más tarde conocido como “Chocolat”, quien por azares del destino se convirtió no sólo en el primer payaso negro de la historia, sino en el primer artista de circo de esta raza. Rafael nació esclavo en Cuba en algún momento entre 1865 y 1868, “era huérfano y fue propiedad de un amo hasta que éste lo vendió a la familia Castaño cuando tenía entre 10 y 12 años”, comentó Gérard Noiriel, autor de la primera biografía del artista.
Es poca la información que hay documentada de la vida de este artista antes de saltar a la fama, incluso su apellido es un misterio hasta ahora, aunque según su certificado de defunción presentado por Georgey Foottit, hijo de su gran compañero de escena, se llamaba Rafael Padilla y, según se dice, tenía 49 cuando murió en 1917. Sin embargo, el gran historiador del circo y payaso Tristan Rémy dijo que “Chocolat” nunca mencionó este patronímico durante su vida, como tampoco lo hizo su hijo, Eugène Grimaldi, también conocido como “Chocolat Fils”. Eugène era hijo de “Chocolat” y su esposa, Marie Grimaldi, née Hecquet (1866-1925), cuyo nombre provenía de un matrimonio anterior; incluso el mismo “Chocolat” declaró que no tenía ningún documento legal relacionado con su identidad.
Se cuenta que Los Castaño, familia que compró a Rafael, eran originarios de Sopuerta, una localidad a unos 20km de Bilbao, en el País Vasco. Eran campesinos pobres emigrados a Cuba a mediados del siglo XIX, pero más tarde hicieron fortuna en Cienfuegos, en el sur de la isla. Entonces la esclavitud se había abolido en la España peninsular en 1837, pero continuó siendo legal en Puerto Rico y Cuba, las dos únicas colonias que el país europeo conservaba en América, hasta 1873 y Cuba respectivamente.”Patricio Castaño compró a Rafael para entregárselo a su madre, que seguía viviendo en la granja de Sopuerta”, se detalla en la biografía.
“Chocolat” hizo su debut parisino en el Nouveau Cirque con Tony Grice en 1886; Grice realizó un boceto por el que fue famoso, una parodia del director ecuestre, o maestro de ceremonias, en la que “Chocolat” y “Tonyto” se fundaron en un caballo de lona. Así, “Chocolat” hizo su primera aparición en la capital francesa como las patas traseras de un caballo falso. Rafael “Chocolat” no sólo fue el aprendiz y asistente de Tony Grice: también fue su sirviente en la vida privada. En un banquete que siguió al bautismo del hijo de Tony Grice, “Chocolat” derramó una cacerola sobre el vestido nuevo de la Sra. Grice. Grice, furioso, despidió a Rafael en el acto.
Foottit, que fue un invitado en el banquete, pensó que la reacción de “Chocolat” ante su desgracia no pudo evitar ser divertida, como todo lo demás que hizo el torpe “Chocolat”. “Chocolat” era un gag natural, y “Foottit”, que veía potencial en él como un payaso augusto, fue a ver a Raoul Donval, el director del Nouveau Cirque, y lo convenció de contratar a “Chocolat”. “Foottit” hizo de “Chocolat” su compañero habitual, cuya complementariedad funcionó de manera excelente, Foottit aparecía como el personaje dominante y mandón, y “Chocolat” como su víctima. Tal equilibrio, en ese momento, se esperaba en esta relación birracial: el negro estaba destinado a ser subordinado a su maestro blanco intelectualmente superior. Para George Foottit, el payaso en ese momento reflejó la maldad inherente de la naturaleza humana.
Mucho se ha hablado de la relación de “Foottit” y “Chocolat” por parte de historiadores y estudiosos del circo, y si es cierto que “Foottit” era mandón dentro y fuera del escenario, los documentos filmados que afortunadamente han sobrevivido no muestran a “Chocolat” como una víctima pasiva; a menudo giraba las mesas a su favor, y en sus gloriosos momentos de venganza, ridiculizaba a “Foottit”. Y aquí es donde yace la comedia.