En el mundo, la fatiga crónica afecta de 2 a 5 millones de personas
Elsa Rodríguez Osorio, Salud miércoles 27, Feb 2019Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Tratamientos contra el cáncer de mama ocasionan linfedema
- Uno de cada 5 hombres de más de 50 años, sufrirá fractura por osteoporosis
Todos en algún momento de la vida nos hemos sentido fatigados al despertar y comenzar con nuestras actividades, esto se da por factores como: dormir pocas horas, estrés, saltarse los alimentos, tomar poca agua, entre otros.
Sin embargo, hay un sector de la población que el cansancio y la falta de energía persiste, esto se debe al Síndrome de Fatiga Crónica (SFC).
Un trastorno complejo, caracterizado por sentir una fatiga extrema que no puede atribuirse a ninguna enfermedad preexistente y se manifiesta con síntomas que suelen confundirse con otros padecimientos.
De acuerdo con el estudio “Síndrome de Fatiga Crónica y su Diagnóstico en Medicina Interna” del Hospital Universitario La Paz, de la Universidad Autónoma de Madrid, se estima que a nivel mundial este síndrome afecta entre 2 a 5 millones de personas a partir de los 40 años, en su mayoría a mujeres.
Por otra parte, datos de la Secretaría de Salud indican que 7 de cada 100 mil personas lo padecen. El SFC puede desencadenarse posterior a una enfermedad viral como el Epstein-Barr, herpes leucemia; así como infecciosas y psicológicas. debido a que el sistema inmune se encuentra debilitado. Sin embargo, aún no se ha encontrado un vínculo preciso. Algunos síntomas: fatiga y agotamiento extremo sin haber realizado alguna actividad física, desorientación, pérdida de memoria a corto plazo, dolor de garganta, muscular y de cabeza, fiebre, inflamación de ganglios linfáticos en cuello y axilas, insomnio, entre otros.
El diagnóstico es complejo debido a que no se cuenta con un examen para determinarlo. Una vez que se tiene el diagnóstico, se deben prescribir tratamientos enfocados para aliviar cada uno de los síntomas, como son analgésicos, multivitamínicos y terapias específicas.
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El sistema linfático es el responsable de servir de intermediario para que la linfa, líquido que proporciona los cambios nutritivos entre la sangre y los tejidos, circule de manera adecuada. El linfedema ocurre cuando hay acumulación anormal de líquido en el tejido blando debido a una obstrucción. Es un trastorno crónico y progresivo por lo que es fundamental su prevención y tratamiento temprano para controlarlo.
Algunos tratamientos contra el cáncer ocasionan complicaciones en los ganglios linfáticos.
En su mayoría, las principales afectadas son mujeres con procedimientos quirúrgicos que enfrentan por cáncer de mama. Según la Asociación Española contra el Cáncer de Mama pacientes con cáncer de mama, tienen un 10% de probabilidades de desarrollar linfedema.
Si además de cirugía, recibe radioterapia en la axila, el riesgo se incrementa del 20% al 25% ya que los ganglios linfáticos se alteran aún más con la radiación.
Se estima que una de cada 4 mujeres con cáncer de mama desarrollará esta complicación y aunque el tiempo de aparición varía, lo más frecuente es que el 75% de los casos aparezcan durante el primer año tras la cirugía.
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En el mundo, 1 de cada 3 mujeres de más de 50 años se fracturará un hueso debido a sufrir osteoporosis, asegura la Fundación Internacional de Osteoporosis.
Sin embargo, no solamente las mujeres, sino 1 de cada 5 hombres de más de 50 años también podrán enfrentar el mismo problema.
La osteoporosis consiste en la pérdida de la densidad ósea hasta el punto en el que pueden romperse los huesos, sostiene el Dr. Bart Clarke, endocrinólogo de Mayo Clinic, editor médico de la Guía de Mayo Clinic para prevenir y tratar la osteoporosis.
Como se dijo, las mujeres tienen mayor riesgo, especialmente quienes ya pasaron la menopausia, época en la que la pérdida de la densidad ósea se acelera debido a la falta de estrógeno.
La mayoría de ellas no saben que la tienen porque no suele haber síntomas hasta que se fractura un hueso.
Los expertos aconsejan que lo mejor es hacerse una densitometría ósea, si previamente se sufrió alguna fractura por traumatismos menores o si se tienen factores de riesgo. Además, hay que nutrirse bien, con la cantidad adecuada de calcio y vitamina “D”, además de mantenerse físicamente activo.