El universo de cifras paralelas
¬ Edgar Gómez Flores lunes 24, Jun 2019Con mi mano izquierda…
Edgar Gómez Flores
El presidente Andrés Manuel debate día a día con sus adversarios políticos, periodistas y cualquier persona que se ponga frente a su dicho. Sin embargo, este debate termina en un “round de sombra” para el Presidente, porque en el centro de la discusión se encuentran los indicadores de los demás y lo que él llama “sus propios datos”. Este camino tomado por él parece ser un callejón sin salida que será tan largo como su popularidad se lo permita. En este momento, con un índice de aceptación del 53% parece que el Presidente de México puede jugar con las cifras, con la ciencia, con el sentido común y con todo aquello que sea manipulable únicamente con el hecho de decirlo. Pero, llegará el momento, vaticinado por el diputado federal del partido Morena, Gerardo Fernández Noroña, quien en el Foro de Sao Paulo (donde convergen los partidos de izquierda de América Latina), dijo: “la luna de miel postelectoral rapidito se va a acabar”. En ese momento cada mentira, cada verdad a medias o cada dato propio que no tenga sustento en los indicadores comunes; como el crecimiento económico, la inflación, la inversión directa, el desempleo, entre otros, le cobrará al Presidente puntos dobles en su aceptación. Lo cual puede ser peligroso para su partido en las aspiraciones que tiene de mantener el control en el Congreso y en las del mismo Andrés Manuel quien pretende un voto de confianza en el proceso de revocación de mandato que ha planteado.
Al Presidente le gusta, como niño travieso, caminar por la orilla de las bardas. Le regocija ver la cara de angustia de las personas que creen que se va a caer y la de decepción de aquellos que no ven consumado su morbo. Sin embargo, la barda que lo sostiene pudiera, en los siguientes meses no tener la fortaleza que mostró el pasado febrero con un 72% de aprobación. En este sentido, el Presidente toma mucho de su tiempo en “tentar” a la suerte con sus ocurrencias, las cuales buscan encontrar el punto de inflexión entre la confianza de sus electores y la pérdida de ésta.
Ante todo, es importante que el gobierno actual empiece a tomar cartas en los asuntos nacionales. No es lo mismo creer en la figura presidencial cuando los ciudadanos se encuentran en su oficina, en su taller o en su fábrica, que cuando se encuentran en la calle desempleados, observando cómo cada puerta se cierra, cada negocio quiebra o baja su plantilla laboral. El juego de niño travieso de Andrés Manuel puede convertirse en un sarcasmo mal intencionado que sus ciudadanos, antes sus electores puedes cobrar con creces.
Por otro lado, el Presidente soslaya que la lealtad sin límites de sus correligionarios de partido o de Gobierno se mantiene por la misma razón. Toma ventaja de su popularidad. Ningún político en su “sano juicio” contradecirá, en este momento lo que él diga. No mientras exista, en un segmento importante de la sociedad, una esperanza de cambio, se mantenga una sensación de bienestar o las expectativas del consumidor perciban un futuro mejor. Sin embargo, cuando este mes de mayo cayó el crecimiento del empleo en un 88% y es el mes más violento del que se tenga registro, con un incremento del 68% de secuestros con relación al mes de abril (que en sí ya era violento) significará que los ciudadanos habrán padecido el homicidio de un familiar cercano, una extorsión, un secuestro y/o un robo; preveo que los liderazgos reales dentro de su partido; como Ricardo Monreal, presidente del Senado o el canciller Marcelo Ebrard, empezarán a dar pasos atrás y empezarán a tomar entre sus manos la sensibilidad social que parece el Presidente ha perdido o peor aún nunca ha tenido. Así el, “tengo otros datos” pasará de un mal chiste a un buen pretexto para tomar las riendas de lo que parece será la sucesión presidencial adelantada.
Un presidente que no entiende de empleo, de desarrollo económico, de pobreza ni de comercio es un presidente que, de facto, dejará de serlo dentro de poco. O un presidente que cree en “otros datos” los cuales pueden ser producto de rumores o de fantasías, seguramente terminará administrando un Gobierno surrealista y sus ciudadanos terminarán siendo producto de una esquizofrenia. Porque “con otros datos” los ciudadanos desempleados, con poco acceso a la salud pública y empobrecidos serán, para él, ciudadanos felices con la austeridad republicana, con la pobreza franciscana, serán ciudadanos que buscarán sus aspiraciones musicales en la trova cubana y sus aspiraciones deportivas en el beisbol. Lo cual dista de formar parte de la realidad colectiva.
El mal juego de crear un universo de datos paralelos está en su ocaso. Ahora, o el Presidente desempolva sus libros de economía, finanzas públicas y comercio internacional, que seguro tuvo en sus manos durante su paso de CATORCE años en la Universidad Nacional o tendrá que lamentarse por nunca haber entendido lo que a la gente la mueve: tener un trabajo, un lugar donde dormir, un alimento que probar y una paz, personal y familiar, para de ahí empezar a formar un país de ideales.
La realidad está ahí. Un país sumido en la pobreza y en la ignorancia. Un país ahora mermado en su soberanía por el poderoso vecino del norte. Ahora, estas características son una herencia de gobiernos anteriores omisos, ignorantes o poco afortunados. Sin embargo, el presidente Andres Manuel ya es Gobierno. Sus tiempos de crítico pasaron, para ahora ser el criticado. Fue buena estrategia desde la campaña utilizar cifras paralelas para evadir un debate de ideas. Pero, los electores ya son ciudadanos y el país, que él ve del sureste a Centroamérica tiene un centro y un norte que ya empieza a recaudar “otros datos” y seguramente algunas personas, hoy cercanas a él, compartirán.
Los puntos neurálgicos que tocas son reales y preocupantes y espero que su credibilidad y apoyo bajen. Pero su hambre de poder despedido, estoy convencido que le van a hacer mucho daño a México.