Gritos y sombrerazos
Freddy Sánchez martes 2, Jul 2019Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Como era de esperarse, dos historias, con versiones e interpretaciones encontradas surgieron a propósito de un par de acontecimientos. El festejo de los seguidores de Andrés Manuel y la manifestación de sus críticos. Ambos actos en lugares públicos, con un día de diferencia.
El encuentro del presidente con sus simpatizantes, en el Zócalo, el primero de julio y la movilización de los integrantes de la sociedad civil con representantes de la política y la economía, un día antes, el 30 de junio.
Y si de evaluar la trascendencia de uno y otro acto se trata, en base al número de concurrentes, la capacidad de convocatoria del gobierno federal superó con mucho a los que se han propuesto seguir haciendo expresiones de repudio contra diversos actos de autoridad para fustigar el quehacer de la administración actual.
De modo que frente a la postura de sus críticos, un empeño institucional se hace sentir: el de querer convencer a la nación de que lo que se está haciendo desde el gobierno, más allá de lo satisfactorio o no de los resultados observados hasta el momento, es muestra plena de que en México nada detendrá la lucha contra la corrupción, como parte de un cambio radical que más temprano que tarde se hará sentir a plenitud con un país diferente, en el que se vean menos desigualdades sociales, economía boyante sin que impere la corrupción corporativa empresarial y sobre todo, con la evidente recuperación de la seguridad y la paz social en cuanto empiecen a desmoronarse los imperios de la delincuencia organizada.
Buenos propósitos todos los anteriores, que desde la perspectiva de los que critican el accionar oficial en los primeros meses del gobierno de Andrés Manuel, distan mucho de estar en proceso de materialización.
Antes al contrario, (a decir de los insatisfechos e inconformes), los resultados de esta primer etapa del gobierno actual, están cada vez más lejos de alcanzar el clima propicio para la inversión privada que genera empleos y paga impuestos, además de que la inseguridad se ha incrementado notablemente, a causa del tardío e ineficaz combate contra la corrupción y la delincuencia organizada.
Una visión distinta se tiene de las acciones públicas sexenales desde la óptica de los integrantes y complacidos observadores de “La Cuarta Transformación”.
Algunos de ellos, manifestando sin tapujos que los avances hacia un mejor futuro nacional se pueden notar fácilmente.
Para inducir esta opinión, se recurre a la tesis de un libro que hace una notoria diferencia entre señales y ruidos, lo que en opinión de los que están a favor de lo realizado, es menester tomar en cuenta para justipreciar las gestiones del gobierno en turno.
Porque señales de buena administración, (dicen los pro gobiernistas), se aprecian en lo social, en lo económico y lo político. Y cualquier postura contraria, según su aserto, es puro ruido de mala fe contra Andrés Manuel.
De tal suerte que a favor o en contra de lo que está sucediendo en el país, existen enfoques discrepantes.
Por ello entonces, habría que recurrir a una cuidadosa reflexión que ponga en su justa dimensión lo que se haya hecho bien y lo que requiere ser corregido.
Y con ese propósito solamente hay que subrayar una cuestión de vital importancia.
La crítica y autocritica con una buena combinación de objetividad y sentido común para un raciocinio bien fundamentado, es indispensable y debe tener el paso libre para la evaluación del régimen en curso, sin echar mano de “la bisutería” de los halagos rastreros que suelen ser la contraparte del solo afán de criticar al que gobierna y al que se pretende desprestigiar con el sonoro ruido de los gritos y sombrerazos.