Botín familiar
Freddy Sánchez martes 15, Oct 2019Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Cuauhtémoc Blanco, (en una nostálgica recreación de sus viejas glorias), hizo dos que tres fintas para meter varios goles. Aunque, esta vez no fue dentro de un arco futbolero, sino en las arcas del erario morelense donde terminó lo que podríamos catalogar como “el balón de la ignominia”.
Según las malas lenguas, ésta es la historia: el gobernador de Morelos, encomendó a un medio hermano ciertas tareas de gobierno. Y el pariente, armó una serie de audaces jugadas, a efecto de colocar en diversos cargos públicos, a un “equipazo” de familiares. Todos con buena paga como si se tratara de renombradas figuras deportivas. Por encima de 40 mil mensuales por cabeza, tres veces más del promedio nacional de salario mensual que reciben, médicos, maestros y policías municipales.
Así que el escándalo fue mayúsculo y pronto llegó a oídos de Andrés Manuel, quien no fue mucho lo que dijo, pero suficiente para “sancionar con tarjeta roja” al gobernante morelense.
El gobierno no es el DIF para proteger a la familia, y aparte de ilegal no es ético dar cabida en el gobierno a familiares. Ni siquiera tratándose de una eminencia. Algo por el estilo fue lo comentado por Andrés Manuel.
En ese tenor, necesario es señalar que el nepotismo en el sector oficial, está prohibido desde hace 36 años.
La prohibición se dio en tiempos del ex presidente Miguel de la Madrid, con motivo de su ofertada “Renovación Moral de la Sociedad”, que no prosperó durante su gobierno y tampoco en toda la era neoliberal y tecnocrática, durante las épocas de Carlos Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.
Prueba de lo anterior es que los familiares de funcionarios, siguieron engrosando la filas del gobierno, al igual que mediante simulaciones se cometieron distintas ilegalidades, siendo el caso del nepotismo que en vez de nombrar a la familia en cargos cercanos a un funcionario, todo indica que se intercambiaron favores y mientras los hermanos, primos y sobrinos de un alto jerarca del régimen, eran dados de alta en una dependencia o en otra, los familiares de quienes los recibían, eran incorporados en áreas públicas de los funcionarios solicitantes de los favores de empleo para sus parientes e incluso amigos y compadres.
Por eso es que a la fecha, (tras el largo periodo tecnocrático), en el sector oficial sigue habiendo integrantes de una familia en distintas áreas gubernamentales, lo que por cierto, sucede en otras actividades de la vida pública y privada.
Y es que confiar en la familia para el desempeño de una encomienda laboral, suele ser común en los deportes, la cultura y las artes, el comercio, la economía y las finanzas, entre otros menesteres, incluidos el quehacer institucional o partidista. Cosa que valdría la pena reconsiderar en cuento al rechazo legal para dar ocupación de familiares en cargos oficiales.
Porque, la verdad hay gente altamente capacitada para el buen desempeño de una tarea, sea o no gubernamental, y no parece justo que se le discrimine negándole la oportunidad de demostrar sus capacidades.
Lo que en todo caso, debería ser primordial en el ejercicio público, es que con los burócratas en general se procediera a evaluarlos sicológica e intelectualmente antes y durante sus responsabilidades públicas, con la finalidad de promoverlos a mejores cargos o bajarlos de nivel e incluso despedirlos, sin importar si se trata o no de familiares de altos funcionarios.
Hay momentos en que un país como el nuestro, requiere de sus mejores ciudadanos, sus mejores trabajadores, sus mejores emprendedores y sus mejores servidores públicos, si como se plantea desde el gobierno en turno el objetivo es una cuarta trasformación en la que el bienestar colectivo figure como prioridad sobre cualquier otra expectativa futura para la nación.
Por ello entonces, justo es que no se discrimine a nadie con cualidades para una tarea laboral, teniendo vocación de servicio y honestidad, puesto que lo único impermisible es que al aparato burocrático se le impida la contratación de talentos o por falta de controles para evitar la incorporación de malos elementos se convierta al gobierno en un botín familiar.