Conmigo o en contra
Armando Ríos Ruiz domingo 7, Jun 2020Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
“O se está por la transformación o se está en contra; se está por la honestidad y por limpiar México de corrupción o se apuesta a que se mantengan los privilegios de unos cuantos a costa del sometimiento y empobrecimiento de la mayoría de los mexicanos”, señaló molesto el Presidente, en su visita a la Refinería Lázaro Cárdenas, en el estado de Veracruz para referirse a los hechos de violencia en Jalisco, en donde un intelectual “orgánico tomó partido y refrendó su conservadurismo”, dijo.
De acuerdo con tal expresión, evidencia una visión equivocada respecto a las ideologías de los mexicanos, que desde su arribo a la Primera Magistratura ha dividido en liberales y conservadores, a la usanza del siglo antepasado, cuando gobernó Benito Juárez y de manera totalmente natural, los mexicanos se desmembraron en esos bandos absolutamente definidos por las circunstancias.
La división quedó rebasada con el triunfo del mandatario oaxaqueño en lo que se bautizó como Guerra de Reforma que, entre otros objetivos, culminó con la expropiación de los bienes del clero. No se volvió a hablar de dicha segmentación en esos términos, porque quedaron automáticamente disueltos. Obviamente, las maneras encontradas de pensar ideológicamente persistieron y persisten, por razones que no necesitan explicación.
Aunque no es el primero en el devenir de la humanidad en proferir la frase, el Ejecutivo presenta su postura como una condición sine qua non, pero con una visión que no corresponde a la realidad, porque pensar diferente no es estar en contra de los principios fundamentales de un gobierno, sino de la forma de gobernar. Antes de su triunfo en las elecciones de 2018, seguramente eran contados los mexicanos que no querían la transformación. Ahora es criticada porque se advierte que no lleva a ningún destino plausible.
Por eso ganó la elección, porque la inmensa mayoría deseaba la llegada de un político que acabara con la corrupción, prácticamente desde que México fue conquistado. Confió en que uno le ofrecía certeza. Acabar con todos los males anteriores. Cumplimiento de promesas en campaña. Cambio profundo, no de persona, sino del Sistema Político.
Ahora, muchos mexicanos pensantes externan lo que sienten, porque todo eso se tradujo en una mentira monumental, como todas las que diariamente se profieren en conferencias insulsas que no informan, ni congruente ni objetivamente. Porque en estas se alienta la división y el odio y se condena todo lo que tiene la menor manifestación en contra del gobierno. Porque la tribuna se usa para separar.
No se puede estar en contra de una transformación que no existe más que en el discurso y cuando la percepción implica llamar así a una forma caprichosa de gobernar, de imponer el criterio contra viento y marea, aunque haga daño a la mayoría, que no tiene ninguna importancia, porque el gobierno no es para todos, sino para los que aceptan sin cortapisas y sin razonar, que están con el que manda.
Se está en contra del gobierno cuando se quiere prevenir el desastre que conlleva dejarse gobernar por ideologías orientadas a empobrecer a todos, a inducir a abandonar la lucha por el bienestar personal, porque de eso se encargará el mandatario; cuando se quiere evitar que éste administre la pobreza de los gobernados, como animales encerrados para su engorda y posterior venta o sacrificio.
Se está en contra del gobierno que ha doblado las manos frente los criminales a quienes depara abrazos porque también son seres humanos, aunque en su esencia, como en la del alacrán, perviva el prurito de asesinar y descuartizar a la víctima.
Se está a favor de combatir la corrupción, pero en contra de la disculpa a los funcionarios actuales. Sus actitudes reprobables están en todos lados, tanto cuando obtienen dinero sucio, como cuando engañan a la gente, por ejemplo, con las cifras de contagiados y muertos, entre otras muchas acciones. Se erige en un dios a quien sólo falta expresar: “perdono porque tengo el inmenso poder de perdonar”.
Tengo en el tintero de la memoria muchísimos casos de porqués, pero el espacio no me permite continuar.