No cede la pesadilla
¬ Augusto Corro domingo 7, Jun 2020Punto por punto
Augusto Corro
Entramos a una semana más con la amenaza de la pesadilla mortal del coronavirus (Covid-19) sobre nuestras cabezas.
Las cifras de los decesos cada día se incrementan y los pronósticos no son nada halagüeños.
El número de muertos por el virus en el mundo superó ayer los 400 mil casos. En México, 13 mil 511 personas han perdido la vida.
Y es precisamente en Latinoamérica, donde ahora está concentrado el contagio.
Sin embargo los gobiernos de diferentes países, entre ellos México, iniciaron el regreso a la normalidad, en semáforo rojo, presionados por la crisis económica que padecen.
En nuestro país, las actividades productivas llevaron ya a miles de personas a abandonar el confinamiento. Solo que lo hacen sin las precauciones debidos, pues no usan el cubrebocas ni guardan la distancia debida.
El papa Francisco ayer domingo pidió a los habitantes de países que están levantando cuarentenas tras pandemia de coronavirus a ser cuidadosos a no cantar victoria.
El mensaje de papal tendría que ser escuchado por los gobiernos, pues en algunos casos parece ser que les importa más la economía que salvar vidas.
Se supone que no hay nada importante, por ahora, que enfrentar unidos la lucha contra el Covid-19.
Pero los políticos no lo ven así. Ellos aprovechan las oportunidades para lanzar sus proclamas políticas con sus ceremonias inaugurales para conseguir votos.
Actos en los que no llevan cubrebocas, ni observan las medidas sanitarias. Es decir, demuestran con sus hechos poca solidaridad con la mayoría de los mexicanos.
Dicen esos funcionarios que tienen sus propios recursos para evitar el contagio. Para esto se escudan en estampas religiosas o gotas de nano moléculas de cítricos. Vaya, vaya.
En la Ciudad de México miles de personas decidieron sacudirse la pesadilla del coronavirus y abandonaron la cuarentena: unos por la necesidad de obtener recursos para su alimentación; y otros porque les aburrió el aislamiento.
El rechazo de la gente a no continuar con las medidas sanitarias traerá complicaciones mayores porque facilitará el contagio del virus. Y se corre el riesgo de caer rebrotes de la pandemia.
Las protestas
En la semana pasada se registraron protestas contra el racismo y las represiones de la fuerza pública.
En Estados Unidos todos los días se registraron manifestaciones como no se veían en el vecino país desde hace mucho tiempo.
Inclusive miles de inconformes llegaron hasta la misma Casa Blanca a manifestar su descontento por la muerte de George Floyd, un afroestadounidense a manos de la policía.
Floyd fue víctima del exceso del uniformado Derek Chauvin, quien le mantuvo la rodilla en el cuello de George Floyd, quien que yacía en el piso, indefenso, hasta que murió por asfixia.
Las proclamas contra el racismo continúan en Estados Unidos.
En Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, el albañil, Giovanni López, murió a manos de la policía municipal. El problema empezó porque la víctima no llevaba el cubrebocas.
Un mes después de ese hecho, en Guadalajara se iniciaron las protestas de los jaliscienses para exigir justicia. Lo que recibieron fue una represión de la policía ordenada por el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, aprendiz de sátrapa.
La manifestación se repitió y el gobierno estatal repitió la misma acción represiva contra la gente que protestaba.
En la capital, los anarcos también protestaron y como es ya una tradición destruyeron cajeros, patrullas, tiendas y mobiliario, con el pretexto de exigir justicia para Giovanni López.
También en la tarde del viernes, la joven Melaine “N”, una de las manifestantes, fue agredida por los policías que desobedecieron a sus jefes quienes les ordenaron evitar la represión.
Los uniformados fueron identificados y es posible que el correctivo que les apliquen será el de echarlos de la corporación policiaca.
Violencia
La violencia es otra pandemia que no hay forma de controlar o evitar. No es sorpresa leer diariamente que la espiral delincuencia sigue con sus actos cruentos.
El sábado, diez personas asesinadas en un ataque perpetrado por un comando armado en un centro de rehabilitación de adictos en Irapuato, Guanajuato.
No es la primera vez que grupos de personas de dichos centros son atacados por elementos del crimen organizado.
Guanajuato es uno de los estados donde se registra una violencia creciente, pues es constante la disputa de grupos criminales relacionados con el tráfico de drogas o el huachicoleo.