Morena sigue sin rumbo
¬ Augusto Corro martes 16, Jun 2020Punto por punto
Augusto Corro
Al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) le quedaron chicos los líderes encargados de engrandecerlo.
Su principal dirigente y fundador, Andrés Manuel López Obrador, ganó la presidencia de la República y, supuestamente, se alejó del partido.
Dejó en manos de los otros líderes morenistas la suerte de esa institución política.
¿Y qué ocurrió? Que esos dirigentes no encuentran la fórmula para hacer de Morena una organización diferente a los partidos políticos que ya conocemos.
Y si tienen esa fórmula no les conviaplicarla porque iría contra sus intereses y ambiciones personales.
En el presente, Morena no cuenta, por ejemplo, con un líder elegido directamente por sus militantes. Por ejemplo, el actual presidente del partido es interino. En la dirección del partido no pueden ponerse de acuerdo para elegir a su líder. Se manejó la idea de que sería dirigente el que ganará las encuestas; pero aún no hay fecha para el sondeo.
La elección deberá hacerse a marchas forzadas porque los partidos políticos ya tienen encima las elecciones del próximo año. Las campañas electorales ya empezaron.
Los conflictos
En el presente, los conflictos internos en Morena se encuentran a la orden del día parecen controlables.
Aunque los pleitos se multiplicarán porque la dirigencia tendrá que seleccionar a los candidatos a cargos de representación popular en la contienda electoral que se avecina.
En las elecciones intermedias se votará por 500 diputados federales y 15 gobernadores. Claro que a Morena le gustaría ganar todo, sin embargo, lo que podría interesarle más es mantener la mayoría de legisladores en San Lázaro.
De continuar con el control de la Cámara de Diputados, el presidente López Obrador tendría menos problemas para la realización de sus proyectos políticos.
Parece fácil, pero no es así. En el interior de Morena las luchas internas no mandan señales positivas.
Su expresidente interina y actual secretaria general, Yeidckol Polevnsky, será acusada ante las autoridades correspondientes por presuntos actos de corrupción. No satisfizo a la dirigencia morenista el manejo de dinero por parte de la lideresa en la adquisición y remodelación de inmuebles (contratos por 395 millones de pesos).
El CEN pidió a la expresidenta que aclare el estatus de los contratos de compraventa, convenios, avalúos, anticipos, avances de obras de remodelación y mantenimiento, equipamiento de los inmuebles, trámites notariales, etc.
Lo que llamó la atención del presidente interino en este asunto, es el pago de 312 millones de pesos a dos filiales del Grupo EBOR, propiedad del empresario queretano Enrique Borbolla, quien es amigo personal de Yeidckol Polevnsky.
La dirigente dijo que ya entregó toda la documentación que le pidieron en tiempo y forma.
¿Se calmarán los ánimos?
Una vez que echó a andar la máquina del divisionismo, en Morena se complicará el regreso de la armonía y la paz.
Son muchas las ambiciones por el poder y el dinero. La propia Yeidckil Polevnsky quiso mantenerse en la presidencia de su partido para de ahí saltar a otros cargos públicos.
Así pues, las aguas están muy intranquilas en Morena. No parece que alguien se interese en calmar los ánimos rijosos. Son comunes las luchas de grupos o facciones en los partidos políticos llamados de izquierda.
Y Morena no iba a ser la excepción. En otras ocasiones señalamos que esta organización política carece de un dirigente que la saque del atolladero en que se encuentra. Su divisionismo favorece a la oposición que únicamente tiene que ver como se debilitan sus adversarios debido a sus pleitos internos. Morena ganó las elecciones presidenciales del 2018. Llevó a la silla del poder a su candidato Andrés Manuel López Obrador, quien tiene como una de sus banderas la lucha contra los corruptos.
En Morena no piensan igual que su expresidente, pues se encuentran en un posible escándalo de corrupción derivado del supuesto mal manejo de los recursos económicos del partido por parte de su dirigente Yeidckol Polevnsky.