Las conspiraciones
Freddy Sánchez martes 16, Jun 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Tú lo dirás de chía, pero es de horchata”…
Un dicho que quizás sea el equivalente a un “saco a la medida” de los que hablan de ciertas o supuestas conspiraciones contra el poder en México. Y si no a modo de un auténtico acto conspiratorio con todos sus enfoques punibles, si en lo referente a elucubrar alguna forma de desacreditar el desempeño de quienes ocupan altas posiciones en el gobierno.
Como es el caso del gobernador de Jalisco, el señor Enrique Alfaro, quien denunció una supuesta conspiración en su contra proveniente de los sótanos del gobierno federal.
Una acusación que fue inmediatamente enfrentada por la molestia presidencial y eso obligó al mandatario estatal a retractarse.
Y días después, el propio Andrés Manuel López Obrador dijo haber recibido un documento confidencial en el que se menciona una aparente conjura en su contra.
Dos actos de conspiración pues, que algunos posiblemente piensan que son reales y otros, más bien, consideran que se trata de falacias esparcidas con intenciones meramente electoreras.
Y ante la duda, es menester señalar que indiscutiblemente en la brega política nacional, no de ahora sino desde siempre, (por así decirlo), los afanes de provocar descredito en los adversarios de la política conllevan desde la difusión de falsedades denigratorias hasta la develación de secretos con el propósito de afectar las imágenes públicas de los políticos a los que se considera como adversarios a vencer y más aún si estos gozan de una buena cuota de partidarios sociales.
Y es que toda elección se gana o se pierde en la medida es que uno u otro contendiente, mediante toda suerte de estrategias electorales, logra colocarse mejor en la voluntad del electorado, razón por la cual suele ser común que al de arriba se le trata de bajar por cualquier medio.
En ese contexto, se llegan a dar campañas sucias de la política, inventando una y mil historias de desprestigio contra los adversarios, además de practicarse lo habitual: buscar la compra de adherentes a determina plataforma política partidista.
Los acuerdos ocultos para empujar una u otra opción electoral, son de lo más común y algunas veces inclusive algo paradójico.
A un empresario de altos vuelos se le preguntó en cierta ocasión la causa por la que había dado su apoyo económico a dos candidatos presidenciales. Uno del Partido Revolucionario Institucional y el otro de Acción Nacional y lo que dijo fue: con el que gane quiero estar bien.
Eso es lo que podríamos catalogar de “trepadoras” tácticas de acomodamiento entre los candidatos a la primera magistratura, sin contar lo que por lo regular nunca se divulga en público. En financiamiento de las campañas negras.
Las cuales algunas veces dan por resultado un intercambio de fuego amigo, equivalente a los ataques entre quienes supuestamente defienden una misma postura ideológica y, naturalmente, promueven una idéntica candidatura, pero no son parte de un solo grupo, sino de otro que se afana en acaparar un máximo de posiciones de poder cada que se produce una sucesión presidencial.
Así que estas disputas intestinas y las que se gestan desde el exterior de los grupos políticos, podrían llegar a considerarse y hasta convertirse en acciones conspirativas sin alcanzar el extremo de querer deponer a un gobierno por la fuerza e ilegalmente.
Como quiera que sea, valdría la pena que en aras de evitar riesgos de inestabilidad se investigue si en realidad se están dando acciones de conspiración en contra del Andrés Manuel o el gobernador Alfaro de Jalisco. Porque tratándose de actos fuera de la ley, probados cabalmente, es preciso que se persiga y castigue a los responsables, puesto que algo habría que hacer para frenar la tentación de las conspiraciones.