Juez federal y su esposa asesinados
¬ Augusto Corro jueves 18, Jun 2020Punto por punto
Augusto Corro
El juez federal Uriel Villegas Ortiz y su esposa, Verónica Barajas, fueron asesinados a balazos en su domicilio.
La acción criminal se efectuó delante de las niñas, de 3 y 7 años, hijas de las víctimas.
El hecho sangriento ocurrió al filo del mediodía del martes, en la capital de Colima. Cinco sujetos realizaron el atentado.
El estado de Colima se encuentra entre las entidades más violentas de México, donde el crimen organizado se mueve a sus anchas.
La ola de asesinatos así lo demuestra. Por ejemplo, el 28 de mayo fueron comisionados 10 policías para proteger a un grupo de comisionistas.
A los dos días se informó que los uniformados habían sido secuestrados. Posteriormente se informó que tres fueron liberados y siete asesinados.
El 29 de abril, del presente año, fue secuestrada la diputada morenista, Francis Anel Bueno Sánchez, de 38 años.
El 3 de junio se informó que fue encontrado el cuerpo sin vida de la legisladora en una fosa clandestina.
Ahí están, pues, los hechos sangrientos que obligan a las autoridades a poner mayor atención a la espiral de violencia en Colima.
En un comunicado del Poder Judicial se señaló que se revisarán todos los protocolos de seguridad para garantizar la seguridad de los jueces federales y de sus familias.
El juez federal Villegas Ortiz se encargó de casos de narcotráfico y huachicoleo. Un asunto importante fue el relacionado con Rubén Oseguera (a) “El Menchito”, hijo del capo del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El artero asesinato del juez reconfirma que en México continúa sumido en una espiral de violencia y la sociedad vive desamparada, lejos de la paz que ofrece la seguridad.
Las elecciones del proximo año
Ya empezaron las jugadas políticas anticipadas para las elecciones del próximo año. Esas actividades reflejan una pobreza total de ideas, pero no hay más. Los dirigentes políticos se van por lo más fácil. No quieren aprovechar las experiencias que los llevaron a la lona en los últimos comicios presidenciales.
El presidente de Acción Nacional, Marko Cortés, ya dejó ver sus primeras cartas. Estas se refieren a una convocatoria de los panistas para integrar un bloque opositor con otros partidos políticos para enfrentar al obradorismo y a Morena.
Se trataría de una especie de coalición para participar con un solo candidato, el mejor posicionado, en diferentes distritos electorales. La idea de unificar partidos, con el interés de fortalecerse, no les resultó positiva a los blanquiazules. Esa táctica fue un fracaso en las elecciones presidenciales pasadas.
A la fecha, el único que podría hacerle eco a los panistas de su bloque opositor, es el Partido de la Revolución Democrática (PRD), en vías de extinción. Porque el partido Movimiento Ciudadano de plano dijo que no le entra a formar la coalición. De todas maneras poco ganaría el PAN con el apoyo de este partido.
Las elecciones intermedias tienen muy nerviosos a los dirigentes de todos los partidos políticos. Unos porque su meta es cambiar la conformación de la Cámara de Diputados que en el presente la mayoría de legisladores son morenistas.
La oposición pretende ganar más curules para hacerle contrapeso a Morena. Enfrentar al gobierno obradorista. Además, la actividad política será intensa en quince estados donde se votará para el cambio de gobernadores. También estarán en juego congresos locales y presidencias municipales.
El panista Marko Cortés tendrá que tranquilizarse. El 2021 no será fácil para los partidos políticos participar en la lucha por el poder. Para esas fechas México empezará a salir de la situación desastrosa provocada por el coronavirus. ¿Cuál será el escenario político? ¿En qué condiciones estará la economía?
Adelantarse a la integración de un bloque opositor con otros partidos, como lo plantea el dirigente blanquiazul, no representa ninguna amenaza al obradorismo. Se necesita que quienes participen en la próxima contienda electoral tengan miras más elevadas que el de agruparse para integrar un bloque opositor.
Con tal de ganar aunque sea una presidencial municipal, los panistas estarían en condiciones de aliarse con los priistas, cuyo partido se encuentra en calidad de desaparecido.