Fuera del gabinete presidencial, los que no están de acuerdo con AMLO
Miguel Ángel Rivera lunes 27, Jul 2020Clase Política
Miguel Ángel Rivera
La renuncia del secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, lo certificó como un hombre de convicciones, pero también confirmó el talante autoritario del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien no tolera que nadie le contradiga y prefiere deshacerse de sus principales colaboradores cuando no aceptan incondicionalmente sus mandatos.
En el caso de la SCT, tanto el primer mandatario como el ahora ex funcionario admitieron que el desacuerdo fue por la decisión presidencial de encomendar el cuidado de las aduanas a las secretarías de la Defensa (Sedena) y de Marina (Semar), mientras que Jiménez Espriú considera que se deben mantener a cargo de la autoridad civil, concretamente la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
La carta de renuncia dada a conocer ayer está fechada desde el pasado día 17, por lo cual se presume que López Obrador se dio tiempo para tratar de retener a Jiménez Espriú, quien fue uno de sus principales respaldos para la que ha sido, tal vez, la principal decisión de su gobierno, la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) en la región de Texcoco, para sustituirlo por otro en Santa Lucía, México, cuya construcción de encargó también a las fuerzas armadas, en concreto, la Sedena.
A pesar de ese acuerdo en lo fundamental, el NAIM fue motivo del primer desacuerdo público entre el jefe del Ejecutivo y el titular de la SCT. En abril de 2019, Jiménez Espriú declaró que esa terminal aérea fue cancelada por causas técnico-financieras y no por corrupción.
La declaración no fue del gusto del primer mandatario, quien de inmediato rectificó a su colaborador e insistió en su versión de que la decisión de construir el aeropuerto en Texcoco fue resultado de la corrupción.
“Es corrupción porque por intereses se decidió construir el aeropuerto de Texcoco en el peor sitio del Valle de México, en donde se producen más hundimientos, donde no se garantizaba la calidad de la obra”, dijo entonces el Presidente.
Con todo, el julio del año anterior, el titular de la SCT insistió en su versión de que no había corrupción, lo cual generó especulaciones en torno a un pronto relevo del funcionario, lo cual evidentemente no sucedió, hasta ayer.
“Lamento profundamente no haber tenido éxito en transmitirle mi convicción y mi preocupación, sobre la grave trascendencia que considero tiene la medida”, escribió Jiménez Espriú en su carta de renuncia que evidentemente no afectó en demasía al primer mandatario, quien explicó así la separación:
“Tuvimos un diferendo que sólo se da entre hombres libres y con criterio, acerca de la operación de los puertos.
“El ingeniero Jiménez Espriú sostiene que los puertos deben ser manejados, operados, por la Secretaria de Comunicaciones y Transportes y yo creo que por la circunstancia actual, por la corrupción que prevalece en los puertos, en las aduanas, requerimos de seguridad y protección y que por ese motivo se requiere del apoyo de la Secretaría de Marina”, destacó el Presidente.
Bastante bien le fue, pues, a Jiménez Espriu, sobre todo si se le compara con la salida del ex secretario de Hacienda, Calos Urzúa Macías, quien también hizo públicos en su carta de renuncia los desacuerdos con el presidente López Obrador.
En particular, Urzúa -ahora dedicado a la academia- lamentó se que en el gobierno de AMLO se hayan “tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento”.
“Estoy convencido de que toda política económica debe realizarse con base en evidencia, cuidando los diversos efectos que ésta pueda tener y libre de todo extremismo, sea éste de derecha o de izquierda. Sin embargo, durante mi gestión las convicciones anteriores no encontraron eco”.
También expuso que le “resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública”, lo cual “fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”.
En airada respuesta, el presidente López Obrador reveló que el desacuerdo central fue en torno al Plan Nacional de Desarrollo que le presentó Urzúa, del cual dijo que parecía hecho por el ex secretario de Hacienda y ex gobernador del Banco de México. Agustín Carstens. o el propio ex candidato presidencial del PRI y también ex titular de Hacienda. José Antonio Meade.
Además, el jefe del Ejecutivo también le achacó a Urzúa la renuncia del director de IMSS Germán Martínez, quien a su vez se quejó de injerencias de otros funcionarios.
Luego de dar a conocer que aceptó la renuncia de Jiménez Espriú, el presidente López Obrador informó que el sucesor en el cargo será el también ingeniero Jorge Arganis Díaz Leal, quien fue director general de Obras Públicas del gobierno del entonces Distrito Federal cuando lo gobernó López Obrador.
Arganis Díaz Leal es egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM; en 1963, inició su actividad profesional en la Dirección General de Proyectos y Laboratorios de la Secretaría de Obras Públicas, y después como ingeniero residente en la Dirección General de Obras e Instalaciones de la UNAM. Fue asesor técnico de la Dirección General de Pemex; director de la Sociedad de ex alumnos de la Facultad de Ingeniería (SEFI) y de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción (CNIC). También colaboró en el Grupo ICA (1977 a 1997) y a partir de 1998 inició su colaboración con el gobierno del entonces Distrito Federal, primero, como gerente general de la Planta de Asfalto y después como director general de Obras Públicas. El nuevo titular de la SCT entró en funciones de inmediato, pues luego de anunciarse su nombramiento acompañó al presidente López Obrador a inaugurar la ampliación de las salas de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), con las cuales se trata de mejorar el servicio en esa terminal, que antes de la contingencia por el coronavirus tenía problemas de saturación. Además, estuvieron la jefa de Gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, y el ex secretario Jiménez Espriú, quien así, tuvo otra muestra de reconocimiento.
Las obras de esta ampliación abarcaron una superficie de ocho mil 797 metros cuadrados, para dos salas de espera, con dos bandas transportadoras de 45 metros cada una y dos elevadores, entre otras que generaron tres mil 129 empleos.
Inconforme el PAN con militarización de aduanas
El Grupo Parlamentario del PAN en el Senado anunció que se opone a la decisión del presidente López Obrador de militarizar las aduanas del país, por lo cual interpondrá una demanda ante el Poder Judicial.
Al mismo tiempo, los senadores panistas destacaron que la renuncia de Jiménez Espriú es señal de lo que pasa en la llamada Cuarta Transformación, pues el Presidente de la República no se apoya en su gabinete, sino que sólo lo tiene para que hagan lo que él quiere.
El vicecoordinador del PAN, Julen Rementería, señaló que la decisión del Ejecutivo federal respecto a las aduanas viola los artículos 90 y 129 de la Constitución Política y calificó de idea falsa el supuesto de que, con la presencia de las fuerzas armadas, se acabará la corrupción en las aduanas.
A las secretarías de la Defensa y de Marina no les corresponde hacer tareas destinadas a civiles, añadió el legislador.
También indicó que su grupo parlamentario desea conocer si la decisión presidencial acerca de las aduanas está respaldada por un acuerdo, un decreto o una iniciativa de ley. Agregó que esto último, la iniciativa, sería el camino a seguir, porque de otra forma resultaría una acción inconstitucional y por lo mismo, los legisladores federales tendrían que combatirla legalmente.
Los panistas recordaron que la Constitución y la Ley Orgánica de la Administración Pública, establecen que la Secretaria de Comunicaciones y Transportes estará a cargo de los puertos y las aduanas y que tendrá para su apoyo a la Marina y las fuerzas del orden incluido al Ejército, pero de ninguna manera, se puede revertir el orden y entregar el control directo a las fuerzas armadas, bajo el argumento de la corrupción, que además sólo se combate de dientes para afuera.
También preguntaron dónde están las denuncias contra la corrupción y lamentaron que López Obrador no se apoye en su gabinete y se considere el dueño de una verdad absoluta pero aún peor, que no admita alguna crítica o postura contraria a la suya.