Falsas ilusiones
Freddy Sánchez martes 18, Ago 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Está prohibido prohibir”, dijo el Presidente.
Pero, sabrá Dios que le entendieron algunos legisladores de Morena.
Y es que entre los morenistas se está “cocinando” un reforma legal que se apresta a extender a todo el territorio nacional, la prohibición de que la infancia en México pueda comprar productos “chatarra” en las tiendas.
Una acción legislativa que tiene el propósito (noble indiscutiblemente) de librar a la población del riesgo de la obesidad con sus secuelas funestas de la diabetes y la hipertensión.
Enfermedades éstas, cuya propagación ha matado y seguirá matando mucha más gente en el país que la pandemia del coronavirus.
Quizás por eso al interior de Morena, (desoyendo aquello de que “está prohibido prohibir”), se dio lugar al intento legislativo de una prohibición alimentaria nociva para el grueso de los habitantes de esta nación.
De modo entonces, que ante la contradicción de lo que por un lado se dice y por el otro se hace (entre el Presidente y sus aliados legislativos) es probable que Andrés Manuel haya hecho uso de la sicología invertida, hablando de lo contrario de lo que en verdad quiere que haga su partido.
O se trata simple y llanamente de esa costumbre de los representantes camarales con antecedentes de antiguos opositores a los gobiernos en turno de ir en contra de lo que se plantea desde la Presidencia sólo por el recurrente hábito de ser “contreras”.
Sea lo que fuere, en el partido que gobierna, se han hecho sentir algunas voces que no entienden o no quieren entender lo que significa y afirma el jefe del Ejecutivo en cuando a que: “está prohibido prohibir”.
De ahí que, de prosperar la ley que pretende la prohibición de la venta de productos “chatarra”, entre los infantes, lógicamente se habrá dado un gran vuelco en lo dicho por Andrés Manuel.
Y ante ello, la cuestión medular sería valorar si algo así, en realidad servirá al propósito que se persigue legislativamente que es erradicar o disminuir ampliamente el consumo de lo que tanto daño les hace a los niños y también a los adultos.
Una primera impresión, es lamentablemente que no.
La razón es obvia: los propios padres de familia, acostumbrados a comer lo que comen (cantidades industriales de golosinas y refrescos) seguramente se encargarían de seguir llevando hasta a sus hijos los alimentos “chatarra” que los niños no podrían comprar en las riendas.
De no ocurrir lo anterior, se estaría dando la coyuntura para que surgiera un “mercado negro” para la venta de lo prohibido entre la infancia mexicana, siendo los propios tenderos los que tendrían la oportunidad de vender a sus conocidos de edad infantil, “por debajo del agua”, los productos que soliciten.
Vale la pena recordar en ese sentido que la concientización social es la mejor vía para lograr cualquier cambio de malos hábitos de conducta en la sociedad, aunque tal cosa no sucede de la “noche a la mañana”, como ha sido el caso de la planificación familiar.
Porque, dicho sea de paso, hace más de medio siglo que se emprendieron las primeras acciones querido hacer ver a la gente que “una familia pequeña” vive mejor, teniendo menos hijos que atender, lo que con el paso del tiempo desalentó la voluntad de “llenarse de hijos”, en un porcentaje importante en distintos lugares de México.
Así que, una campaña para promover un cambio de hábitos alimenticios, sin lugar a dudas serviría más que cualquier acción legal restrictiva contra la venta de productos “chatarra”, y pensar lo contrario, creyendo que sólo con la ley en la mano se reducirán los índices de enfermedad, es una tontería o digámoslo amablemente: dejarse engañar por falsas ilusiones.