“Coyotes de la misma loma”
Alberto Vieyra G. martes 25, Ago 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En política, el término coyotes de la misma loma suele aplicarse a dos o más ladrones, cuya conducta preponderantemente es la deshonestidad, aunque suelen exhibirse como pulcras ovejas, cuando en realidad son feroces lobos de la misma camada.
El término les queda como anillo al dedo a todos esos podridos politicastros que se disputan ferozmente nuestros dineros públicos y que además de despacharse con sueldazos escandalosos y ultrajantes para los sencillos habitantes que ganan miserables salarios, su deporte primordial es la depredación de las arcas nacionales como vulgares ladrones sinvergüenzas. Con honrosas excepciones, esa es la radiografía más despiadada de la clase política mexicana, esa que cada 3 y cada 6 años atiborra a los mexicanos de mentiras y promesas electorales que jamás cumplirán porque su meta fundamental no es servir al pueblo, sino servirse de éste, aprovechando su ignorancia, miseria y el fanatismo populista. Robar, robar, robar; ése es su deporte predilecto.
Hace ya mucho tiempo, que la clase política mexicana perdió el pudor y la decencia. No entraré en los detalles que son ya hartos conocidos sobre los trinquetes de unos y otros, pues sabemos que Emilio Lozoya empinó a casi una veintena de integrantes de la “mafia del poder” a través de un apestoso video que salpica a 3 ex presidentes y como revire a ese escándalo protagonizado por panistas y priistas, obviamente atizado ilegalmente por el presidente Andrés Manuel López Obrador, surgiría la semana pasada otro vídeo en el que se exhibe a Pío López Obrador, hermano de ya sabe quién y al jovenazo David León Romero, quien trabajó en el gobierno chiapaneco y acababa de ser nombrado como responsable del manejo de medicamentoss en la Secretaría de Salud entregando fajos de billetes al consanguíneo del Presidente, quien se vería obligado a reconocer que su hermano incurrió en un delito electoral, pero aclara que no es igual un soborno en maleta Louis Vuitton que un soborno en bolsa de papel. No, señor Presidente me parece que usted está confundiendo las bolas de billar con las perlas de éter, en ambos casos, estamos ante conductas deshonestas y no faltan quienes aseguran que hay más pruebas contra López Obrador, quien presuntamente fue “cañoneado” por el entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Manuel Camacho Solís, para que dejara de exhibir en la Ciudad de México un bonche de cajas de documentos en los que según López Obrador se escondía el fraude electoral en la gubernatura tabasqueña de 1994. También podrían salir a la luz pública asuntos muy indecorosos de patrocinadores de la campaña presidencial de López Obrador durante 2018 en Puebla y hasta se habla de un enorme terreno que recibió el tabasqueño y que fue arrebatado a una rica familia poblana.
La esposa de AMLO, la señora Beatriz Gutiérrez Müller, justifica la conducta deshonesta de su marido, su partido y su cuñado Pío engañando a los mexicanos con el cuento de que, hasta la heroína de la independencia, Leonora Vicario financió la causa independentista. No hay ninguna comparación, aquel era un movimiento libertario, el movimiento de López Obrador es de lucro político. Estamos ante una grosería contra Leona Vicario que en rigor fue también la primera corresponsal de guerra en el mundo.
Todos los años en los que López Obrador realizó su activismo político recibió lana, por debajo del agua y de todos lados. Al inicio del sexenio lopezobradorista, Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega diría que no se le olvidará “que ése era su modus vivendi”. Sólo que López Obrador se exhibe como un impoluto politicastro purificador de la democracia y del quehacer político mexicano, cuando en realidad es coyote de la misma loma y unos a otros se exhiben como los mas cochinos, con lo cual le hacen un flaco favor a la democracia mexicana y a esas lacras sociales, llamadas partidos políticos que no tendrán la calidad moral para salir el año que viene, a pedir el voto de los mexicanos. Así las cosas, serán las elecciones federales y locales de 2021 las más nauseabundas de la historia de México.