Todo pasado fue mejor
Freddy Sánchez martes 9, Feb 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Increíble, pero cierto. Sólo una cosa estaría por aclarar: acaso “donde hubo fuego cenizas quedan” o los que se descalifican casi siempre en algo o mucho se parecen.
Dos interrogantes obligadas ante eventos inesperados en la contienda política electoral.
Y es que por un lado, Margarita Zavala volvió a cobijarse en los calores de su antiguo partido y los panistas le han dado amplia cobertura para que los abandere en la Ciudad de México.
En otro escenario, René Bejarano, el popularmente conocido como “el señor de las ligas”, regresó por sus propios fueros a sumarse entre sus viejos correligionarios, (los que dejaron al PRD y llegaron en tropel a Morena), dándose entre ambos renovados afanes de lucha política electoral.
En este segundo caso, la mancuerna de Dolores Padierna y su esposo René, a decir de algunos comentaristas políticos, se ha convertido en promotora de distintas candidaturas a puestos de elección popular también en la capital del país.
O sea que dos figuras del pasado, Margarita y Bejarano, con historias personales muy distintas, comparten la misma suerte política, actualmente, puesto que en apariencia se les abrieron de par en par “las puertas” de sus otrora campos de acción, en el partido blanquiazul y lo que hoy por hoy es Morena y en un reciente pasado fue el PRD.
Por lo concerniente a la esposa del ex presidente Calderón, hay quienes afirman que su reconciliación con el panismo, tiene un sabor similar a los viejos romances que en algunas ocasiones dan lugar repentinamente al resurgimiento de los grandes afectos del pasado.
Y es que ver a Margarita Zavala haciendo alianzas con los panistas, el partido al que ella y su esposo renunciaron por diferencias irreconciliables, obliga a poner bajo el microscopio de análisis lo que en verdad dio origen a la reconciliación.
Será que el panismo se reconoce en la lamentable inferioridad de posibilidades para remar contra corriente en las actuales competencias electorales y no tuvo otro remedio que mirar atrás y transigir con sus flamígeros críticos en un acto desesperado para no recibir “la puntilla” electoral en las elecciones que se avecinan.
Y que por su parte, Margarita como su marido el ex presidente Calderón, igualmente convencidos de carecer de fuerza propia para volver a “pintar” en la lucha por el poder con una opción de influencia cierta y no sólo imaginaria, recurrieron a revivir sus añoranzas de afiliación blanquiazul.
De modo que habiéndose dado una y otra eventualidad en la reconciliación del Partido Acción Nacional con Felipe Calderón y Margarita Zavala, lo que no se podría negar es que donde existieron lazos de afinidad como en algunas antiguas relaciones amorosas, un fuego nuevo se ha encendido.
Lo mismo pues se podría considerar ante el aparente regreso de Bejarano a las lides políticas en palpable armonía con sus colegas de antaño, quienes por un tiempo supuestamente se alejaron de él para no quedar expuestos a las críticas que la gente hizo y sigue haciendo sobre el pasado del aludido.
Pero, siendo como es la política, ( a veces desmemoriada y desvergonzada), nada extraño resulta que los que antes estuvieron “en el mismo barco”, sencillamente optaron por refrendar sus viejos afectos sin importarles mucho el qué dirán.
En especial lo relativo a las murmuraciones de que los Bejarano “son de casa” por los fuertes lazos de amistad con otros políticos morenistas con inclinaciones y líneas de comportamiento semejantes en sus búsquedas y repartos del poder.
Algo que igual podría decirse de los Calderón, aunque el retorno de unos y otros a sus antiguas trincheras, también convalida aquella creencia de que los que quedaron atrás algunas veces deben pasar hacia adelante por aquello que algunos piensan acerca de que: todo pasado fue mejor.