Anarquistas destruyen y la policía arremete contra… periodistas
Miguel Ángel Rivera martes 9, Mar 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Un grupo de supuestas mujeres anarquistas se coló a la estación Hidalgo, del Metro, y procedió a realizar pintas en las instalaciones, mientras cuatro compañeras fotoperiodistas las siguieron para dejar constancia de este ataque.
En eso, aparecieron elementos de la policía capitalina comisionados para la vigilancia en las instalaciones de este vital sistema de comunicación y, efectivamente, con el valor que los caracteriza, se lanzaron contra lo(a)s intruso(a)s.
La sorpresa vino enseguida: los valientes agentes del orden se lanzaron, pero no contra las que realizaban las pintas, sino contra las reporteras gráficas.
A riesgo de recibir en respuesta un estallido de los flashes, los osados guardianes del orden lograron capturar a cuatro… reporteras gráficas. No, ninguna de las supuestas anarquistas, que lograron salir de las instalaciones del Metro para continuar con sus acciones.
Las compañeras agredidas fueron de Sashenka Gutiérrez, de la agencia EFE, Gabriela Esquivel, de 24 Horas; Leslie Pérez, de El Heraldo de México, y Graciela López, de Cuartoscuro.
Según las crónicas aparecidas ayer por la tarde en portales de los medios de comunicación, las compañeras se identificaron, pero ni así lograron contener a los bravos guardianes, que las agredieron a puntapiés y jalones de cabello, además de que dos de las fotoperiodistas fueron esposadas porque se negaban a entregar sus equipos fotográficos.
Los hechos ocurrieron alrededor del mediodía en el interior de la estación del Metro Hidalgo, en el centro de la capital, horas antes de que iniciaran las marchas de protesta en demanda de protección efectiva para todas las mujeres del país.
Horas más tarde, las autoridades capitalinas informaron que los “valientes” vigilantes fueron suspendidos en lo que se lleva a cabo la investigación, pues se abrió una “carpeta de investigación” y las cuatro compañeras tuvieron que declarar ante funcionarios de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Gobierno de la Ciudad de México.
En un mensaje en redes sociales, las autoridades capitalinas aclararon que las fotoperiodistas no estaban en calidad de detenidas e informaron que se “investigan los hechos”.
La violencia no se combate con violencia, entonces ¿cómo pararla?
Como se ha vuelto una constante en manifestaciones que terminan en violencia, ayer nuevamente se puso en evidencia que –por decir lo menos– existe una confusión en los altos niveles de gobierno, en los cuales no se determina bien la forma de contrarrestar las manifestaciones de violencia.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ratificó en la mañanera de ayer que su gobierno no combate la violencia con la violencia y que las grandes vallas y la presencia de los cuerpos policiacos en las calles no es para reprimir, sino sólo para contener.
Por los resultados, se puede concluir que no ha tenido éxito esa política de contención. La violencia contra algunas personas —por desgracia, con mucha frecuencia, contra informadores— y los daños contra los edificios públicos y privados se repiten una vez y otra también.
Una de las medidas de contención consistió en levantar un enorme muro de metal alrededor del Palacio Nacional, residencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, y otras protecciones en torno a edificios que podrían convertirse en blanco de los ataques de lo(a)s sedicentes anarquistas.
La valla, criticada por el movimiento feminista y otras organizaciones sociales por considerarla de cualquier forma como un símbolo de represión y una expresión de que el primer mandatario desea mantenerse lejos de esas protestas, resultó inútil, pues de cualquier forma algunos grupos violentos lograron derrumbar algunos sectores. En consecuencia, a las preocupaciones de las autoridades deberá sumarse la protesta contra los concesionarios de esa obra porque no cumplió con el propósito para el cual fue creado.
También, al igual que en otras manifestaciones violentas del pasado, en los videos se aprecia claramente a los individuos —muchos con características masculinas— que se dedican a la agresión, pero ni de milagro aparecen los valientes guardianes del orden, como los del Metro Hidalgo, dispuestos a correr el riesgo de aprehender a esas personas que cometen delitos en plena vía pública.
Precisamente, una de las exigencias centrales de las mujeres es la de estar a salvo de la violencia en las calles. Por supuesto, también en sus casas.
Por eso vale recordar algunas cifras de los ataques contra las mujeres: México registró el año pasado 967 feminicidios, 16,545 delitos de violación y un histórico de más de 260 mil llamadas de emergencia relacionadas con violencia contra la mujer.
De paso, cabe recordar igualmente que nuestro país es uno de los considerados más peligrosos para la prensa, por los ataques de las autoridades y del crimen organizado. En 2020, al menos ocho periodistas fueron asesinados por su labor, de acuerdo con Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Aparte de los mensajes que le dedicaron de viva voz durante las protestas callejeras, que se repitieron en muchas ciudades de la República -por fortuna, en gran parte sin violencia- el presidente López Obrador también recibió una protesta por escrito que firmaron mujeres activistas, artistas, intelectuales, periodistas y colectivos feministas para expresarle su inconformidad por las críticas que ha expresado para descalificar su movimiento y para confirmarle que no son un partido político, “son una voz colectiva”.
Son más de seis mil personas las que se sumaron en la etiqueta de redes sociales #UnaSolaVoz y a la carta, en la cual manifestaron desacuerdo por la actitud del primer mandatario ante los reclamos de las mujeres, los cuales considera inspirados o financiados por sus enemigos los “conservadores”.
“En México, se protege el Palacio Nacional antes que a las mujeres de los feminicidas y los violadores. En México, va a la cárcel una mujer que aborta antes que un candidato violador. Exigimos una estrategia nacional de seguridad con perspectiva de género para frenar los feminicidios, fortalecer las instituciones para denunciar la violencia de género que esta pandemia ha agudizado y leyes que garanticen nuestros derechos humanos. Exigimos también que rompa el pacto patriarcal con el que ha defendido y ha llevado hasta hoy, al presunto violador Félix Salgado Macedonio a la candidatura oficial”, dice el párrafo inicial de la carta al primer mandatario.
“Vivimos en un país en el que todos los días 11 mujeres y menores de edad son asesinadas. El 97 por ciento de los feminicidios queda impune. Cada cuatro minutos una mujer es violada. La mayoría de las mujeres privadas de su libertad están allí por un crimen cometido por un hombre, en defensa a una agresión en su contra o en contra de sus seres queridos”, recuerdan en otra parte de su misiva.
Lo que dice la oposición
Como resultado de la violencia en el Zócalo capitalino, quedó en la práctica sin sustancia la demanda formulada por la senadora Kenia López Rabadán a nombre del Grupo Parlamentario del PAN para que las autoridades conservaran “intacto” el muro erigido en torno a Palacio Nacional como un memorial para recordar siempre a todas las mujeres que no regresaron a casa.
En conferencia de prensa conjunta con integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de su partido, la legisladora advirtió que la violencia en contra de las mujeres va en incremento y el presidente de la República ha decidido no ver, no oír y no atender los reclamos de las mujeres que exigen justicia y verdad.
A partir del principio de “se está del lado de las mujeres o no se está”, senadores del PRI manifestaron su protesta porque el gobierno de la llamada Cuarta Transformación no rompió el pacto patriarcal y prefirió levantar un muro para cuidar más los edificios que las vidas de las mujeres.
“Las mexicanas están cansadas de ser marginadas, de tener menos oportunidades, y de que sean culpadas por la violencia que viven día tras día”, advirtieron los legisladores.
“Las mujeres y el PRI tenemos una alianza que perdura en el tiempo, que nadie ha podido tocar y que nadie va a poder romper. Desde el espacio público, parlamentario o partidista, no vamos a permitir que les arrebaten las libertades que, juntos, hemos conquistado, afirmó a su vez el presidente del tricolor, Alejandro Moreno.