Reforma a la reforma
Freddy Sánchez martes 16, Nov 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Los priistas ya se pusieron difíciles ante los morenistas con eso de la reforma eléctrica, que por lo visto se quedará en la “congeladora” legislativa hasta en tanto no se dé una relación de reciprocidad parlamentaria.
Lo que a decir del líder nacional del PRI dificulta la soberbia demostrada por los dirigentes de Morena, (“engallados” al máximo por los supuestos reclamos desde el Palacio Nacional en cuanto a no consentir que se cambien los puntos y las comas a las iniciativas presidenciales), dando por resultado que sus adversarios se sientan más que desdeñados.
Algo que, naturalmente, hicieron los priistas, los panistas y perredistas (integrantes del bloque opositor), en distintos momentos en legislaturas pasadas en las que al contar con la mayoría para legislar sin tener que dar concesiones a sus contrarios, lo hicieron y punto.
Y lo más seguro es que así lo harán los legisladores del partido en el gobierno, (varios de ellos ex priistas acostumbrados a pasar por encima de sus oponentes en sus viejos tiempos de militantes de un partido prepotente), lo que hace previsible que continúen de aquí al quince de diciembre los conflictos y desacuerdos con Morena.
Porque, es evidente que cuando no existe un interés específico de quienes tienen la posibilidad de legislar a sus anchas, no mostrarán mayor disposición a negociar acuerdos con sus opositores.
Aquello de que “tengan para que aprendan”, lo deberán asimilar los opositores al morenismo, mientras no haya de por medio la necesidad de entablar por debajo o por arriba de la mesa alguna forma de trato con sus adversarios, a cambio de hacerlos transigir en las aprobaciones legislativas que busque realizar la organización partidista que sirve fielmente a los intereses presidenciales.
Dicho con mayor claridad: a Morena lo único que puede inducirla a cambiar su inflexible postura de no dar concesiones a sus opositores, es lo que tiene que ver con las reformas constitucionales.
El punto débil de los correligionarios del Presidente, lo que obviamente saben a ciencia cierta los representantes del PRI (como lo demás opositores), y por ello se ha manifestado desde distintos foros de la oposición la decisión de discutir cuanto se quiera los cambios legislativos a la Constitución en materia eléctrica, pero sin estar dispuestos a legislar al respecto en el corto plazo.
Los priistas han manifestado, por ejemplo, que esa tarea legislativa debe esperar hasta después de las elecciones del próximo año.
Es de entender por consiguiente que los señores de Morena tienen que ingeniárselas para convencer de algún modo a los integrantes del bloque opositor (en especial a los priistas aparentemente los menos reacios a negociar en un momento dado), a efecto de que la reforma que plantea Andrés Manuel logre transitar en las dos cámaras legislativas en espera de su aprobación, aunque sea con cambios mucho más allá de modificar algunos puntos y unas comas.
El brazo de la ley todavía pueda inhibir la resistencia opositora en el Congreso, pero mucho se ha dicho lo que no se ha hecho y cada vez es más improbable que se haga con un fin: doblegar al priismo.
Y por esa razón, quizás lo que Morena tendrá que hacer es cambiar la estrategia con sus adversarios políticos, reconociendo que por lo que toca a las reformas legislativas ajenas a lo constitucional, si no se procuran acuerdos conciliatorios y la intimidación externa fracasa, los afanes de aprobar nuevas reformas constitucionales en México quedarán anulados.
Así que entre otras acciones morenistas a seguir podría ser menester deponer el trato desdeñoso para sus adversarios y pensar seriamente en modificar su postura intransigente en el tema eléctrico para facilitar su discusión con miras a su aprobación accediendo a que ambas partes le “metan mano” a la propuesta original con una reforma a la reforma.