Así surgen los líderes mitómanos
¬ Mauro Benites G. jueves 13, Ene 2022Municiones
Mauro Benites G.
El año 2021 nos dejó una cifra récord de 8% de inflación, la “cuesta de enero” del presente año es agobiante, los precios de los alimentos y los medicamentos van a la alza cada día, el calvario de las amas de casa es angustiante; los programas sociales no dejan de ser una clara promesa fallida de parte del gobierno y la pandemia, galopante sin control oficial.
Este comentarista no está en contra de los programas de ayuda social que otorga la Federación, sí en la forma de selección para otorgarlos, sin oportunidades para los que nada tienen, pero quieren tener, es decir, porque haya las debidas oportunidades para toda la gente, especialmente los jóvenes, para que puedan realizar su destino. El horror de todo sistema totalitario, sobre todo el del más falso de ellos, el dizque populista, consiste en que el hombre, al igual que en la Edad Media, nacía en un estrato de la sociedad y no podía evitarlo. El señor era señor por más canalla que fuera; el siervo era siervo aunque la inteligencia, el valor, lo que hemos quedado en llamar virtud, es decir, la bondad humana con dignidad, adornaran su persona. Creo que el valor de la humanidad consiste en su capacidad de servicio para los demás.
Y aquí está el meollo de toda actividad humana. Nunca he creído que un hombre pobre, sin posesión alguna, por el simple hecho de ser pobre se lo merezca todo. Y aquí está la enorme falla, la horrible estafa del populismo: Hacer un “dictador mitómano”, además de ser un farsante es un resentido, ¿qué puede dictar?, es también una negación de la condición humana. Admiro a los que nada tuvieron y llegaron a tener, por supuesto por méritos propios, no por medios ilícitos. Por eso fracasó, quebró, el llamado pedantemente “socialismo científico”. Es condición humana querer lo mejor para nuestros hijos, para nuestra familia. Y es legítimo conseguirlo decentemente, sin ofender y menos despojar a nadie. El futuro está, en los países democráticos, en los jóvenes. De él o de ella dependerá realizar una existencia libre, digna, sobre todo digna y alcanzar las metas que se propone. La oportunidad está dada para todos. No creo en las víctimas “a priori”, en los desheredados por mandato del destino social. Solamente se requiere un compromiso general: El de la libertad.
Pero claro: la tragedia consiste en que los que nacen en plena libertad apenas la notan, nunca reparan en ella. Y es en los países en libertad donde surgen los líderes, algunos trágicos, otros cómicos, de las “reivindicaciones sociales”. Si un obrero no tiene conciencia social, no tiene derecho a quejarse. Si un hombre cualquiera carece de ambición, ambición noble, claro está, ¿a quién puede culpar de su situación, suponiendo que sea mala, si no merece otra? Los humanos somos iguales en derecho pero nada más en derecho, en derechos. Lo demás lo que se agrega a la condición humana, debe conseguirlo el hombre por el trabajo o el estudio, por el esfuerzo. No creo en los que alegan que representan el estudio o el trabajo, los esfuerzos de los de más. La historia nos los ha presentado a lo largo del tiempo: en realidad son parásitos. Parásitos farsantes y mitómanos.