“No me puedo burlar del dolor”
Armando Ríos Ruiz viernes 18, Ago 2023Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
¿Qué ser humano puede permanecer impávido ante la muerte de niños con cáncer por falta de medicinas? ¿Ante las desapariciones de cientos de miles de mexicanos por causa de los criminales que se han multiplicado como las lluvias sobre Dos Bocas? ¿Ante los feminicidios que se repiten todos los días y ante los arteros asesinatos, como el de los cinco jóvenes de Jalisco, cuya respuesta presidencial mereció un chiste de pésimo gusto? Pues sólo quien está desajustado de sus facultades mentales.
Sólo aquel a quien lo único que le importa es ganar elecciones a costa de lo que sea, sin que exista nada, absolutamente nada más que esta actividad. Aquel que diariamente se encuentra inmerso en un estado crítico de ansiedad por encontrar con quién pelear o a quién echar culpas por lo que ocurre en el país que gobierna. Incapaz de reconocer que a él y a nadie más, corresponde resolver los problemas que inercialmente se heredan del pasado.
Durante los momentos más críticos de la pandemia invitó a los mexicanos a salir a las calles e invadir los restaurantes y otros lugares. A no usar el cubreboca con su propio ejemplo. Solía presentarse en actos públicos y acariciar niños sin el menor recato para no provocarles algún contagio. Se burló del mal que contaminó al mundo entero, con sus santos. Con sus escapularios. Con sus imágenes que lo protegían, en clara invitación a hacer lo mismo.
Cuando arreciaron los feminicidios, se mostró más preocupado por las pinturas en las puertas de Palacio que por las muertes de mujeres en todo el territorio nacional. “Le pido a las feministas con todo respeto, que no nos pinten las puertas, las paredes. Que estamos trabajando para que no haya feminicidios. Que no somos simuladores y que no esperen que nosotros actuemos como represores. Que no nos confundan. Nosotros sabemos cómo sacarle la vuelta a la provocación”. Dijo después de una protesta pública.
Canceló las medicinas que repartía el Seguro Social en las diferentes dependencias diseminadas en el país para los enfermos y comenzó una era de lamentos. Principalmente para las familias con niños enfermos de cáncer, que empezaron a ver cómo las vidas de esas criaturas se consumían. Otros también advirtieron que los medicamentos que tradicionalmente les eran dotados para combatir sus males, les eran negados por orden presidencial.
Hace relativamente poco, desalentó de plano a las mujeres buscadoras de sus familiares desaparecidos, a las que acusó de andar metidas en la grilla y aseguró que no las recibirá. Dijo que las atiende porque en todas partes a donde va las escucha. Es posible. Pero no ha tenido el tino de discurrir algún mecanismo para protegerlas. Esos crímenes continúan imparables.
Para desentenderse de todos los problemas que hoy se multiplican más que los peces de Cristo, inventó que todo pertenece a una herencia del pasado. Pero admite tácitamente con ello, su incapacidad supina para resolver.
Con el caso de los cinco jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno, Jalisco, y que desde anteayer se sabe, fueron interceptados por miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación y asesinados, tuvo la infeliz ocurrencia de contar un chiste de pésimo gusto. El de un hombre que se hacía el sordo para no aportar más dinero para el gasto.
Después de una andanada en contra de semejante actitud y de su indolencia, dijo que no escuchó la pregunta. No obstante, se publicó que después del chistecito volvieron a repetirle el cuestionamiento y volvió a rechazar la respuesta. Si de veras no escuchó, ¿por qué no dijo lo que hubiera sido obvio: “quiere hacerme el favor de repetir su pregunta? No escucho nada.
Imagínense. Después de una historia llena de burlas. De señalamientos a sus “adversarios”, al punto de ponerlos al borde de la muerte, sostuvo que todo lo anterior es una mentira y una infamia. “Soy hombre de sentimientos. No me puedo burlar del dolor…” ¡Qué salida!