La piedra en el zapato
¬ Augusto Corro lunes 27, Nov 2023Punto por punto
Augusto Corro
En junio del próximo año se efectuará la elección presidencial. ¿Tienen los partidos el tiempo suficiente para corregir la plana y hacer un papel interesante? Es decir, ¿cuentan con la posibilidad de ofrecer ideas que inviten a votar? Para difícil que lo hagan. La mayoría de los dirigentes políticos se mueven por otros intereses. La ideología es lo que menos les interesa.
Los precandidatos de precampañas se dicen de izquierda y de derecha, pero sus discursos se los lleva el viento, desaparecen en medio de la mediocridad. En términos generales, la ciudadanía sólo ve la frivolidad en los mensajes de los aspirantes presidenciales. La doctora Claudia Sheinbaum únicamente se promueve en los sectores oficiales y mantiene el primer lugar en las preferencias electorales. A la fecha, la morenista las acciones políticas caen en la sobriedad total.
Aún no se le conocen a la ex jefa de Gobierno los discursos encendidos de su formación política de izquierda. Quizás, conforme avance el tiempo hacia la fecha de la votación, la doctora le varíe un poco a sus planteamientos políticos y no se limite a ofrecer la continuación de la Cuarta Transformación (4T), que seguramente tiene seguidores, pero de lo que se trata es de ofrecer ideas nuevas. Eso aún no se ve en los proyectos de la representante del partido guinda.
Como se quiera ver la realidad de la lucha política, a la doctora Sheinbaum le va mejor que a la precandidata presidencial de la oposición, la senadora hidalguense, Xóchitl Gálvez, quien se convirtió en la representante genuina del chascarrillo, el chiste y las ocurrencias. Lejos de la formalidad política, en cada presentación formal o informal, la aspirante suelta sus gracejadas de todos colores y sabores, propios de un concurso de albures. La legisladora tampoco tiene mucho que ofrecer a sus seguidores.
Los discursos de la hidalguense también caen en la irreflexión. Lo mismo opina de las elecciones en otros países, que de las desgracias derivadas del ciclón “Otis”, en Acapulco, Guerrero. Por cierto, fueron criticadas, acremente, las palabras de apoyo que brindó al candidato presidencial argentino Javier Milei, quien resultó ganador en la contienda electoral; pues se trata de un político que parece estar afectado de sus facultades mentales, pues dice que platica con su perro, que ya tiene años de muerto.
El citado Milei prometió en su proyecto de gobierno cambios radicales en la economía de su país y otros cambios que afectan los derechos humanos. Con la bandera ultraderechista, le esperan días difíciles a los argentinos. Después de los pronunciamientos al desquiciado mandatario, la precandidata opositora rectificó. Su otro error de Xóchitl Gálvez ocurrió con su presencia en la zona afectada por el ciclón “Otis” en Guerrero, pues montada en la desgracia de miles de personas, decidió arrancar en ese lugar desolado su precampaña presidencial. Poco o nada le interesó el dolor humano para echar a andar sus ambiciones políticas.
Lo que queda claro del actuar de la hidalguense es que no cuenta con asesores que la orienten y la saquen de apuros. Con sus chistes y risas no avanzará en su lucha por el poder. Tendrá que hacer a un lado al ex presidente, Vicente Fox, para que empiece a desempeñar su labor como candidata lejos de la vetusta política del guanajuatense. No será tarea fácil. La política, se supone que cambia, sigue en su mismo papel con el ex mandatario que en muestra su incultura en los mensajes que sube a las redes sociales.
Fox es la piedra en el zapato que molesta a Xóchitl Gálvez. En uno de sus últimos mensajes insultó a Mariana Rodríguez, la esposa del gobernador de Nuevo León, Samuel García, también candidato presidencial, a la que llamó “dama de compañía”. La calumnia del guanajuatense a nadie agradó. La propia hidalguense mostró la molestia por las palabras de su ex jefe. En fin, la senadora Xóchitl Gálvez necesita asesores que realmente la ayuden, que le brinden apoyo y atención. Hace varios días se reincorporó al equipo de comunicación Max Cortázar, ex empleado de Fox y de Felipe Calderón.
¿Usted qué opina amable lector?