Ayotzinapa, ¿problema sin solución?
¬ Augusto Corro lunes 8, Abr 2024Punto por punto
Augusto Corro
El caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos continúa sin solución: el problema parece crecer.
En días recientes se incrementó el activismo de quienes exigen a las autoridades que informen sobre el paradero de los jóvenes.
Las autoridades de los tres niveles (federal, estatal y municipal) decidieron dejar que el problema se manejara a base de especulaciones.
En el secuestro múltiple de los estudiantes, según las investigaciones, participaron representantes de las autoridades y elementos relacionados con el narcotráfico.
El hecho se registró la noche del 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, y desde aquella fecha, se manejó un cúmulo de versiones.
Se dijo que los muchachos fueron asesinados e incinerados. Se citaron los escenarios donde ocurrieron los hechos. Nada más.
Con la idea de justificar la desaparición de los normalistas, en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se formuló la llamada “verdad histórica”.
Los familiares de las víctimas rechazaron esas versiones por poco creíbles, porque los jóvenes siguen desaparecidos y los presuntos responsables, sin recibir su castigo.
La idea de establecer la “verdad histórica” involucró a los propios funcionarios de Peña Nieto, para jugar con la mentira.
La lucha de los padres
Los padres de los estudiantes desaparecidos en ningún momento dejaron de exigir que les regresen a sus hijos con vida.
Las presiones ejercidas por los familiares lograron que las autoridades se empeñaran en saber la verdad de lo ocurrido.
Participaron investigadores internacionales y todo suponía que por fin se sabría la verdad. No fue así. De nada sirvió conocer las versiones “oficiales” de los hechos.
Los padres de familia optaron por realizar sus protestas y exigencias en todos los foros posibles.
En fechas recientes aumentaron sus actos presenciales porque se dieron cuenta que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, igual que la administración anterior no avanza en las investigaciones.
La promesa del mandatario tabasqueño de resolver el caso da muestras de incumplirse. Es posible que herede el problema a su sucesora en el cargo.
Ante la actitud de las autoridades, los propios funcionarios inconformes por el rumbo que tomó el caso, optaron por renunciar a sus cargos.
Los padres de familia en ningún momento perdieron su ánimo en la búsqueda de los normalistas. Sin embargo, poco a poco se dieron cuenta que sus protestas y exigencias no eran escuchadas.
Una nueva víctima
Debido a la actitud superficial de las autoridades para resolver la desaparición y destino de los jóvenes, las protestas aumentaron en días recientes.
Las manifestaciones se volvieron más violentas con la participación de personas con el rostro cubierto.
No sólo se concretaron a exigir justicia frente a varios edificios públicos, sino que estallaron cohetones en Gobernación, Senado y Relaciones Exteriores.
El pasado 6 de marzo, simpatizantes de los estudiantes de Ayotzinapa derribaron una puerta de Palacio Nacional, con una camioneta de la Comisión Federal (CFE).
Lo que fue un delito, a todas luces, quienes lo cometieron ni siquiera fueron llevados ante las autoridades para que explicaran el motivo de su conducta.
El presidente López Obrador declaró que se trató de “un vulgar acto de provocación”.
A mediados de semana, los representantes de la ley balearon a unos normalistas que viajaban en un automóvil particular.
Uno de los jóvenes, Yanqui Kothan Gómez Peralta, perdió la vida al recibir un balazo en la cabeza.
Como se ve, el caso de los normalistas de Ayotzinapa se encuentra muy lejos de una solución.
Los familiares de los desaparecidos manifestaron que seguirán en lo que se convirtió en la lucha sin fin, para saber el paradero de los normalistas.
¿Usted qué opina amable lector?