¿Los maestros disidentes serán la barrera para contener a la “Marea rosa”?
Miguel Ángel Rivera viernes 17, May 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Si no se trata de una mascarada, la presencia de los profesores disidentes en el Zócalo capitalino va a crear un conflicto en el Zócalo capitalino, pues el domingo venidero, dentro de un día, está programado el arribo de la “Marea rosa”, los contingentes de diversos sectores de la sociedad que desean dejar en claro su rechazo a la llamada Cuarta Transformación.
De acuerdo con lo sucedido en los años recientes, desde hace decenios, el magisterio disidente —ahora encabezado principalmente por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)— ha aumentado sus presiones en el mes de mayo, alrededor de la celebración del “Día del Maestro”.
Esa fecha es feriada. Es decir, no hay clases, pero aunque no lo fuera las escuelas permanecerían cerradas pues los trabajadores de la educación se dedican a expresar sus inconformidades de todas las formas posibles, para empezar con la suspensión de labores. Los mentores no beligerantes aprovechan sencillamente para descansar.
Año con año, el magisterio disidente tiene demandas para presionar al gobierno en turno, ya sea del PRI, del PAN o, ahora, de la llamada cuarta transformación.
La exigencia más constante es el aumento de salarios. Cada año, el gobierno en funciones presume hacer un esfuerzo para cumplir las demandas de los trabajadores de la educación y, siempre, se asegura que los profesores reciben un mayor aumento que el resto de los trabajadores de nuestro país.
Una segunda demanda constante es la de que las organizaciones sindicales tengan el control absoluto sobre la asignación de nuevas plazas de trabajo, así como los ascensos y otros beneficios.
Aquí sí, los gobiernos de todas las tendencias se han resistido en mayor o menor medida. Uno de los más decididos en ese terreno fue el gobierno encabezado por el ahora tan menospreciado Enrique Peña Nieto, quien negoció una reforma educativa que, como uno de sus puntos principales, consistió en devolver al gobierno la facultad de contratar a los nuevos mentores y decidir quiénes merecen ascensos u otras promociones.
Esto en apariencia acercó a la disidencia con el gobierno del actual primer mandatario, Andrés Manuel López Obrador, pero no hubo un acuerdo pleno, por lo que siguieron los actos protesta, principalmente marchas y plantones.
En estos momentos está en activo un nuevo movimiento de protesta que, por una parte, exige negociar directamente con el inquilino de Palacio Nacional y, por la otra, organiza plantones, principalmente en el Zócalo capitalino, un enclave que el político de Macuspana considera prácticamente propiedad personal.
Muy poco el aumento concedido por el
gobierno; los maestros piden mucho más
En materia de salarios, el líder y guía de la llamada Cuarta Transformación anunció en su mañanera de ayer, jueves 16, un aumento promedio del diez por ciento para los trabajadores de la educación.
López Obrador destacó que ese incremento es un reconocimiento especial a maestras y maestros de México, pues explicó que en su gobierno se habrán destinado por aumentos salariales de los trabajadores de la educación, 175 mil millones de pesos adicionales a lo presupuestado.
El anuncio resultó muy oportuno, pues horas después, el político tabasqueño abrió las puertas de “su” Palacio para recibir a los dirigentes de la CNTE y así cumplir una de sus exigencias. Es un acto inusitado, pues López Obrador tiene cerrada la sede del gobierno a otras organizaciones populares.
Ese gesto de franquear el paso al fortificado Palacio Nacional, así como el anunciado aumento salarial parecían ser cartas adecuadas para ganar la simpatía del magisterio disidente, que tampoco se ha plegado a la voluntad del político tabasqueño, como lo demuestran sus protestas en algunas partes de la República que inclusive impidieron celebrar conferencias matutinas del jefe del Ejecutivo.
En apariencia, esas carnadas no fueron suficientes para rendir la beligerante actitud de la disidencia magisterial.
Después de tres horas de reunión con el inquilino de Palacio Nacional, los dirigentes de la Coordinadora expresaron ante la prensa su inconformidad con las respuestas que les ha dado el gobierno a sus demandas, incluida el monto del aumento salarial de diez por ciento.
La lideresa de la sección 22 de la Coordinadora, Jenny Araceli Pérez, sostuvo que si se analiza la composición del salario magisterial no representa lo que se ha difundido, por lo que mantienen su demanda de ciento por ciento de aumento salarial.
Agregó que será la asamblea la que determine los alcances de la movilización en los siguientes días, pero en principio se mantiene el paro en entidades como Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo y Veracruz. Aseveró que sus demandas de reinstalación de algunos profesores que perdieron sus plazas se mantiene a la espera de una respuesta afirmativa.
En otras palabras, esto significa que se mantiene la distancia entre el gobierno de la llamada Cuarta Transformación y la CNTE.
Sin embargo, en medios políticos de disidencia se sospecha que existe algún tipo de acuerdo entre Palacio Nacional y la disidente Coordinadora, pues se mantendrá el plantón de los maestros en el Zócalo capitalino que naturalmente afectará el desarrollo de la manifestación organizada para el domingo venidero que exigen se respeten las instituciones de la incipiente democracia mexicana.
Un viejo dicho popular aconseja: “piensa mal y acertarás”, mismo que parece creado para una condición como la presente.
Salvo lo comentado por la dirigencia de la CNTE, en realidad no se sabe nada de lo ocurrido durante la reunión de López Obrador con los dirigentes magisteriales y si hubo convenios en asuntos particulares. Pero aunque no los hubiera, a López Obrador y sus incondicionales les agradaría sobremanera que el acto popular del domingo 19 resulte totalmente deslucido.
De hecho, el mismo inquilino de Palacio Nacional ha reiterado recientemente que no se izará la bandera nacional en la monumental asta bandera del Zócalo el domingo venidero. López Obrador justificó esta omisión porque la escolta encargada de los honores a la bandera no podrá cruzar la valla metálica que circunda Palacio Nacional.
Por su parte, a pregunta expresa sobre la eventual coincidencia del plantón magisterial con la denominada “Marea rosa” el domingo, el dirigente de la Sección IX, Pedro Hernández, confirmó que no se levantará el campamento de los trabajadores de la educación, pero eso sí, descartó riesgo de fricciones. Aseguró que la CNTE no se va a confrontar y señaló que el espacio del Zócalo es muy amplio.
¿Usted le cree? Yo tampoco.
Así que lo más seguro es que los promotores de la “Marea rosa” deberán hacer algunos ajustes y anunciarlos lo más pronto posible.
El que no depone su actitud beligerante es el político tabasqueño, quien nuevamente se lanzó contra el Poder Judicial Federal (PJF) y en particular la Suprema Corte de Justicia, por su decisión conocida un día antes, de mantener vivos sus fideicomisos que le trata de arrebatar el jefe del Ejecutivo con su decisión de mantener vivos los fideicomisos del Poder Judicial, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) “han demostrado no tener dignidad y no ser auténticos servidores públicos”, aseveró este jueves el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Como trascendió, la mayoría de los integrantes de la Segunda Sala del máximo tribunal rechazó un proyecto de la ministra Lenia Batres Guadarrama que proponía quitar la suspensión dictada por un juez que evita la desaparición de 13 fideicomisos del Poder Judicial, cuya desaparición fue aprobada mediante una reforma aprobada en el Congreso de la Unión.
Interrogado al respecto, López Obrador señaló que la decisión de la SCJN era previsible.
“Lo de ayer no debe ser motivo de sorpresa, porque lo que se estaba buscando es que se cancelaran esos fideicomisos y ellos han demostrado no tener dignidad y no ser auténticos servidores públicos”, declaró López Obrador, al insistir en su propuesta para que los jueces, sean elegidos mediante voto popular.
Lo que no mencionó es que la ponencia de su incondicional ministra Lenia Batres que proponía retirar el amparo que protege los fideicomisos del Poder Judicial fue rechazada inclusive por Yasmín Esquivel Mossa, también considerada ministra incondicional del jefe del Ejecutivo federal.