¡México, despierta!
¬ Luis Ángel García viernes 31, May 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Estamos en el punto de no retorno. El próximo domingo, los ciudadanos decidiremos el rumbo del país, optaremos por el continuismo -más de lo mismo- o el cambio. Estará potencialmente presente el fantasma de la violencia política, el uso de la maquinaria del Estado para forzar el resultado, los mecanismos de coacción del voto a través de su compra o acarreo, la intimidación de votantes y de funcionarios de casillas, las prácticas que alienten el abstencionismo. Sin embargo, el 2 de junio debe ser una jornada cívica ejemplar -como en Chile después de la dictadura militar, donde todo el país se volcó al grito de “la alegría ya viene”- con una alta participación ciudadana que demuestre que la fuerza de la voluntad popular es superior a las intenciones gubernamentales de orquestar una elección de Estado.
El inquilino mismo de Palacio Nacional, su candidata, su partido y los dueños algunos de los medios de comunicación se han empeñado en alentar el abstencionismo mediante las encuestas pagadas que, como traje a la medida, vaticinan un aplastante triunfo de la “corcholata” de la 4T y del que hace eco la prensa con su publicación o difusión. Esta cuarteta infernal busca desalentar el voto libre y razonado, que la gente acepte con resignación el resultado de una elección anunciada. Cuentan, además, con la intervención de la delincuencia que, como en 2021, intervino no sólo con la imposición o intimidación de candidatos, del secuestro y asesinatos de aspirantes y el financiamiento de campañas, también ejerce presión sobre sufragantes y funcionarios de casillas en las urnas mismas. Esa es la estrategia que pueden utilizar durante los comicios para inhibir el ejercicio democrático del derecho a votar.
Por eso es importante acudir a las urnas, que la ciudadanía despierte de ese letargo en que nos ha tenido sumidos la 4T. Desadormezcámonos de los efectos obnubiladores del proyecto populista que ha impuesto la 4T. Despertemos como los chilenos, esperemos que la alegría llegue el lunes 3 de enero. Somos casi cien millones de ciudadanos y necesitamos que más del 65 por ciento cumpla su cita con las urnas y se pronuncie por el cambio. No dejemos que las tácticas desesperanzadoras que promueven los medios de comunicación nos abatan. Las elecciones no están resueltas ni son un mero trámite.
Si dejamos que operen los emisarios de la 4T para que la gente no vaya a votar y no denunciamos las irregularidades por menores que sean, dejaremos que la impunidad cambie una festividad cívica por una elección de Estado. El fraude electoral está en el ADN de los líderes de la 4T, cuyo pasado representa lo peor del PRI y lo transmutan a su presente morenista, los hace proclives a la trampa, aferrarse al poder y servirse de él. Ofrecieron acabar con la corrupción y resultaron peores.
Pero no es ineludible la continuidad del proyecto político de la 4T. Somos más los mexicanos que queremos un futuro promisorio, que deseamos el desarrollo nacional y el verdadero bienestar de la sociedad. El cambio representa empleo, crecimiento, educación de calidad, un sistema de salud eficiente e integral, recuperar la función de justicia social de los programas asistenciales, sacar de la postración a los menos favorecidos y realizar una equitativa distribución de la riqueza. La pobreza no es destino manifiesto y la gente debe recuperar sus anhelos de aspirar a un mejor nivel de vida. Los pobres no deben ser sujetos de dádivas, sino sujetos a quienes darles las herramientas para ser productivos y autosuficientes. No más “ninis” ni viejitos extorsionados para ganar su lealtad electoral. Recuperemos la dignidad del ciudadano. ¡México, despierta! ¡La alegría ya viene!