Inai, una necesidad en tiempos democráticos
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 14, Oct 2024Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Desaparecerlo, sinónimo de regresión: Blanca Lilia Ibarra
Conforme pasan los días y se acerca el fin de año, el futuro del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, coloquialmente conocido como Inai, es cada vez más incierto, de hecho Ricardo Monreal Ávila, coordinador de la bancada de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en la Cámara de Diputados, ha asegurado que la desaparición de dicho instituto y otros seis órganos autónomos se llevarán a cabo antes de diciembre de 2024.
Es cierto, desde diversas ópticas han surgido cuestionamientos al funcionamiento del Inai, pero más allá de fobias y filias políticas se observa una opinión generalizada por mantener vivo a ese organismo y fortalecerlo. Hay que reformarlo, sí, para corregir errores y posibles vicios burocráticos, sí, pero no desaparecerlo.
Hoy que nuevamente el tema está en la polémica de la agenda pública, nos vamos a referir al Inai y lo que representa, para que usted amable lector, lectora, al final saque sus propias conclusiones en este asunto que hoy está a debate en todas partes y para ello voy a retomar una cita textual que en este espacio ya he referido.
Hilda Nucci González, en su libro El Derecho de Réplica, cita a un estudioso del tema, a Ernesto Villanueva, y argumenta que “Se trata de un principio común al Estado democrático de derecho, toda vez que el derecho de acceso a la información pública representa la facultad del ciudadano para acceder a datos, registros y todo tipo de información en poder de entidades públicas y/o empresas privadas que ejercen gasto público y/o realizan funciones de autoridad, con las excepciones que las leyes en la materia señalen en sujeción a los principios jurídicos fundamentales”.
No hay duda, la función y objetivos del Inai son muy claros, entonces, aunque la decisión está en manos del poder legislativo, corresponde a la sociedad en general defender la operatividad de este organismo para que siga siendo autónomo de los gobiernos en turno, y así, en esa misma tesitura, creemos que el resto de los órganos en vías de extinción por la vía legislativa deben ser revisados, escrutados o auditados, pero hablar de su desaparición no parece ser la solución a posibles fallas en su funcionamiento y menos en un país que se ufane de ser democrático. Que conste.
VOY CON TODO.– “La afectación a los derechos de acceso a la información y de protección de datos personales se produce cuando se eliminan los medios necesarios para su adecuado ejercicio y, en el caso de México, si no se cuenta con instituciones autónomas”, afirmó Blanca Lilia Ibarra Cadena, Comisionada del Inai, durante su participación en una conferencia en la Universidad Autónoma del Estado Morelos (UAEM).
La Comisionada Ibarra Cadena explicó a la comunidad estudiantil que, de aprobarse la iniciativa de reforma constitucional que propone desaparecer al Inai, habría una regresión en materia de derechos, ya que se fragmentaría la función de revisión, verificación y vigilancia que ahora tiene el Inai sobre las instituciones públicas, las cuales se volverían juez y parte ante las impugnaciones derivadas de la atención de solicitudes de información pública y datos personales.
Si la reforma propuesta se consuma, alertó Ibarra Cadena, “se incumplirán cláusulas de acuerdos internacionales firmados por México, como el Acuerdo de Escazú y el Convenio 108 del Consejo de Europa”.
VA MI RESTO.– Entre las fallas que bien vale una reforma, una revisión o una auditoria a la operatividad del Inai son los cientos de denuncias u observaciones que día a día hacen llegar los órganos internos de control, también llamadas contralorías, a las diversas dependencias para tener acceso a información que lo único que hacen es distraer a los encargados de dar respuesta de lo verdaderamente relevante, porque a quién interesa saber a qué hora entra o sale un funcionario, cuánto se tarda en su horario de comida y otras minucias que más que producto de una investigación a fondo parecen chismes entre compañeros de trabajo, aun con esas fallas, la lógica dice que hay que reformar, pero no proponer la desaparición de Inai y hasta ahí porque como veo doy.